Esta entrada debió ser publicada mínimo hace un año. No importa la razón por la que haya tardado, sino que ahora mismo hago la entrega. Tal vez sea demasiado tarde y muchos de los que ahora leen ya hayan tenido un contacto directo con la publicación que ahora les extiendo. Se trata del libro acerca del estado de la filosofía en el mundo, publicado por la UNESCO en 2007.
El reconocido académico de la UAM y la UNAM, Gabriel Vargas Lozano, escribió algún artículo en La Jornada (aquí se reproduce), hace precisamente un año, en la que se refería y celebraba la mentada publicación, que fue titulada Philosophy: A school of freedom, y cuyo nombre en la publicación original en francés es: “La Philosophie, une École de la Liberté. Enseignement de la philosophie et apprentissage du philosopher : État des lieux et regards pour l’avenir”.
El reconocido académico de la UAM y la UNAM, Gabriel Vargas Lozano, escribió algún artículo en La Jornada (aquí se reproduce), hace precisamente un año, en la que se refería y celebraba la mentada publicación, que fue titulada Philosophy: A school of freedom, y cuyo nombre en la publicación original en francés es: “La Philosophie, une École de la Liberté. Enseignement de la philosophie et apprentissage du philosopher : État des lieux et regards pour l’avenir”.
La calidad del libro es impecable y su importancia aún no puede ser dicha, dado que es, dentro de su género, única en sus alcances. Pero seguro a todos los que den con esta liga, o quienes ya hayan dado con ella, han ampliado su percepción de la filosofía, o cuando menos la han precisado mejor. Sin más ni más, dejo la liga desde donde pueden bajar el PDF (distribución gratuita de la UNESCO, que paradójicamente sólo distribuye en red en los idiomas inglés y francés):
http://portal.unesco.org/shs/en/ev.php-URL_ID=11575&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
Saludos a todos, nos vemos dentro de poco.
6 comentarios:
Creo que, ciertamente, hizo falta la mención, hace un año, de la publicación del libro que refieres. También me enteré del acontecimiento, pero -confieso que por desidia- tampoco comenté nada al respecto. Así que me parece que has hecho muy bien en mencionarlo ahora, en que la cuestión de la situación de la filosofía se halla en tan entre dicho.
Me parece, por otro lado, menos afortunado el artículo del Dr. Gabriel Vargas (que también leí en su momento) por las ideas que, francamente, no comparto con él. Las razones de mi distancia respecto del Dr. Vargas, las aduciré en otro momento.
Comparto la idea de que la importancia del libro aún no puede ser dicha, pero no deja de llamar la atención el hecho de que un organismo como la UNESCO, reconozca en la filosofía la posibilidad de una formación de la libertad y, en este sentido, la utilidad que podría brindar a la humanidad.
Pero esto no es nuevo. Hemos de recordar la importancia que el mencionado organismo brindó a los estudios sobre "filosofía para niños" y la importancia de una enseñanza integral más cercana a un quehacer filosófico, basándose en teorías y nociones de pensadores como, por ejemplo, Edgar Morín.
Me parece sumamente llamativo que haya una intención de dar filosofía a todos los sectores de la educación. Este fenómeno me hace preguntar si, efectivamente, la filosofía debe ser para todos y si, acaso, deba ser enseñada a todos. En suma, no sé si la humanidad entera pueda ser educada para que todos los individuos sean críticos. Más aún, no sé siquiera si ello no sólo es posible, sino deseable.
¿Y por qué no sería deseable un mundo así?
Responderé tentativamente y tomando una noción aristotélica:
Dice el estagirita que la virtud se halla en el justo medio y que los excesos son, precisamente, desvirtuosos. Pues bien, adoptando estas palabras, me parece que si todos los hombres fuesen críticos, o sea, filósofos, caeríamos en un exceso y, por lo tanto, se desvirtuaría ser filósofo.
Por otro lado, no debemos negar el dato evidente de que hay quienes no gustan de dicha labor, ni aunque tuviesen al mejor filósofo por maestro (sólo para poner un ejemplo, pongo por caso a Dionisio II de Siracusa con Platón).
Me parece que no basta con enseñar la filosofía, creo que depende también de la disposición natural de los hombres para aprenderla. Por lo que, aunque haya materias filosóficas y/ o un deseo de que los jóvenes se formen con ellas, creo que no todos están dispuestos a aceptarla; e imponer un programa para que tengan un acercamiento obligatorio de la "ciencia primera", no sé si sea la mejor manera de hacer una "escuela de libertad".
Bueno, claro, no es deseable que todos seamos filósofos, pero sólo porque, si encima todos pretendiéramos trabajar en ello; la sociedad sería un caos...
Cuando me sorprendí por tus dudas acerca de lo deseable de que la gente sea formada críticamente, me refería a algo distinto. No es lo mismo formarse como filósofo profesional que formarse con pensamiento crítico. Es obvio que a no todos les interesa la "ardua" actidad de lectura y reflexión sobre libros de filosofía. Pero creo que el pensamiento crítico es, más bien, una herramienta y no una actividad filosófica. El pensamiento crítico, según creo, tiene que ver con el fortalecimiento de las habilidades intelectuales y su aplicación en el terreno discursivo: la disección racional de argumentos y su valoración en relación con sus pretensiones de verdad, etc.
Y marcada la distinción, me declaro, en este sentido, total partidario del proyecto ilustrado con el fin de promover el uso de esta herramienta. Es deseable que cada hombre se atreva a pensar (críticamente), porque el conocimiento nos hará libres.
Sí, pareciese deseable que pensar críticamente es mejor. No lo sé. En realidad también pensaba que sería muy extraño que todos pensaran críticamente. Y es que, la naturaleza humana es más que su pensamiento crítico. De hecho, hay mucha más gente, cuyo carácter está muy influenciado por sus pasiones, pulsiones o apetitos (cosa que, por sí misma no está mal). El punto es que, aunque se pretenda que la mayoría piense críticamente, no podemos negar el hecho de que habrá quienes, a pesar de ello, orienten su pensamiento en función de sus prejuicios viscerales.
Si como advirtió San Ignacio, el conocimiento hace libres, ¿por qué entonces hay muchos que no lo son ni tampoco lo desean? Ojo, esto pasa incluso entre algunos de aquellos a quienes se les enseñe a pensar críticamente.
No estoy de acuerdo con tu manera de enfocar el problema.
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