1.1- Entiendo que la pretensión científicista del proyecto marxista encuentra su fundamento en el método de contrastación teórico-empírico; es decir, en la consolidación de una teoría que consiga explicar la razón de ser de los fenómenos sociales basada en la observación y documentación de relaciones históricas en tanto garantes de lo real.
1.2- Habrá que subrayar como importante el hecho de que Marx parte de una epistemología realista en la consolidación de su teoría materialista; esto significa que para Marx, los objetos corporales que nos rodean y que percibimos, no solamente son objetos de una percepción individual sino que existen además en sí, percibidos por otras existencias independientes a la particular en tanto psiques [conciencias] ajenas.
1.3- Marx, por su parte, se refiere específicamente a fenómenos sociales palpables tales como: a) las relaciones de dominio en la dialéctica del amo y el esclavo y b) las dinámicas de producción. Lo que significa que toda verificación teórica habrá de darse necesariamente con lo real; es decir, con los fenómenos palpables. Y es esta verificación la que garantizaría, según entiendo, la cientificidad de su método; cientificidad que le permitirá en etapas posteriores de su análisis, la creación o derivación de otras teorías que habrán de ser ciertas si acaso el proceso de deducción que les precede es metodológicamente correcto. Y tal es la razón por la cual Marx rompe, o intenta romper, todo lazo con la tradición filosófica alemana; y justo así lo pone de manifiesto en la Ideología alemana.
Las proposiciones teóricas del comunista no descansan en las meras ideas, sino en una situación de lucha de clases que se manifiesta como REAL […] Pero a ninguno de los filósofos alemanes hasta la fecha se les había ocurrido preguntarse o divisar el posible entronque de la filosofía alemana con la REALIDAD alemana; es decir, el entronque de la crítica filosófica con la realidad material alemana”
1.4- Así pues, y si acaso lo que he dicho hasta ahora puede catalogarse como “aceptable”, me es posible desarrollar una primera dificultad en la pretensión del modelo Marxista de la explicación de dinámicas sociales.
1.5- Si bien la lógica del desarrollo científico de Marx asume, desde la perspectiva de autores como Nagel, la existencia de dos teorías “científicas” T y T*; donde T* es la teoría explicativa, mientras que T representa a la teoría con base a la cual se explica; es decir, que T* surge a partir de T y de las condiciones iniciales en que T* es aplicable. Esto significa, en otras palabras, que T* habrá de ser compatible en todo momento con T, por un lado; al tiempo que sus términos descriptivos deben coincidir entre sí en cuanto a sus significados, por el otro. De tal manera se garantizará la validez de la teoría en tanto explicación o proyección monista de la realidad.
1.6- Sin embargo, autores como Laclau y Mouffe, asumen [en un intento por recuperar en una forma más fresca y eficiente el espíritu de la teoría marxiana] que el problema en el intento por conseguir una conjunción científico-filosófico por parte de Marx, recae en el hecho de que éste, en tanto poseedor de un método empirista con pretensiones cientificistas determinado a dilucidar las condiciones materiales que determinan las dinámicas sociales, no consigue desarrollar una noción siquiera clara de sujeto. Y es que, según Laclau y Mouffe, tal cosa no es posible desde una epistemología que encuentra su fundamento en la evidencia empírica, muy a diferencia de lo que ellos parecen asumir; a saber, una epistemología basada en los elementos discursivos, es decir, una epistemología basada en el concepto y no en el “evento”.
1.7- Lo anterior sugeriría que, el hecho de fundar al mundo a partir del concepto, trae consigo un nuevo paradigma investigacional en busca del análisis filosófico; a saber, que la referencia deja de ser “el mundo empírico” con categorías y teorías que le responden y significan en tanto cotejo; para convertirse en una relación contraria, es decir, una relación en la que será “el mundo empírico” el que responda al discurso, a categorías que encuentren su fundamento en diferentes momentos históricos. Esto significa que las relaciones de verdad [la verdad filosófica y social entre ellas] se separará en forma dramática con aquellas verdades “inmutables” de las llamadas “ciencias duras”; separación que traerá consigo verdades contingentes cuyo criterio hallará su fundamento en los diferentes procesos históricos y, o circunstanciales.
1.8- Este nuevo criterio de verdad traerá como consecuencia lógica inmediata que, tanto los sujetos como las dinámicas en que estos se ven envueltos no sean cosas dadas u objetivos sociales cuasi idealistas, sino, muy por el contrario, cosas en construcción permanente que determinan y constituyen el ser y cualidades del sujeto social. De ahí que, según Laclau, la idea de sujeto es siempre el resultado de una determinada estructura discursiva y está lejos de ser o constituir una condición de necesidad de cualquier tipo de dinámica social.
Esto en principio y como parece evidente, anula todo intento marxiano por estructurar una teoría que unifique un contenido netamente filosófico desde una perspectiva y postura científica, y lo hace en tanto que la base empírica habría sido sustituida por una base discursiva.
1.9- Sin embargo, cabe mencionar que Marx, a mi juicio, de ninguna manera aceptaría o concedería los argumentos antes mencionados en tanto que ello significaría no menos que aceptar a un sujeto social que no está determinado y constituido por el histórico acontecer empírico; a saber, una lucha de clases, sino que más bien lo estaría por la estructura cuya base epistemológica descansa en el discurso en tanto proceso histórico.
1.10- Esto, desde luego, trae consecuencias graves desde dentro de la estructura y lógica marxiana; y es que, al intercambiar una base epistemológica empírica por una discursiva se debilita o, mejor dicho, difumina todo criterio de verdad del cual partiría Marx; criterio que, en últimos términos, funge como la base de toda su estructura filosófica. Así es que, el hacer algo como lo que proponen Laclau y Mouffe, lejos de fortalecer la teoría marxiana, parece más bien debilitar seriamente la estructura con que se sostiene todo su edificio conceptual; de tal manera que bien podríamos poner seriamente en entredicho [al menos en un sentido meramente formal] sus contrargumentos en tanto intenciones iniciales de renovar su teoría.
4 comentarios:
dios mío, uno los deja un rato (quizá un ratote) y ustedes se vuelven analistas del marxismo.
Yo debo festejar por partida triple. Por un lado, es un gusto comentar un trabajo tuyo. Segundo, me alegro que toques un tema que Robert y yo discutíamos fuera del Blog. Tercero y último, en hora buena que posteas en este Blog.
Pues bien. Estaría de acuerdo con la crítica que haces a Laclau y Mouffe porque, Marx, al menos en La ideología alemana, no aceptaría que la Historia se construye (y reconstruye) a partir del discurso.
Es obvia la metodología marxista: no sólo es realista, también es empirista y, desde luego, materialista. El asunto con Marx, según creo, es que hay atender a lo más real del hombre, a saber, sus necesidades (básicas).
La Historia del hombre sería, pues, la historia de la satisfacción de dichas necesidades. Satisfacción que Marx denomina "fuerzas de producción."
La Historia, entonces, se reduce a la economía y, obviamente, no al discurso.
Es bueno saber de ti. Un abrazo.
En lo personal, revisaría minuciosamente la definición de 1.1. Por lo demás luego comento.
En 1.1 me gusta la definición salvo porque no sé hasta qué punto podemos decir que Marx la aceptaría. Creo que presentas un Marx más cercano al kantismo que al hegelianismo. En ese sentido, observación y documentación, es decir, condiciones empíricas no son tales a la manera inglesa, sino a la manera romántica. Las ciencias empíricas no pueden ser lo mismo que las ciencias sociales. Pues la historia, en Marx, es resultado de lo humano, no de la naturaleza. Las condiciones empíricas de la existencia de lo humano, no son las mismas que las condiciones de la existencia de lo empírico de la naturaleza. A las segundas a mi parecer, les compete el espíritu; porque son espíritu existen (lease también en marxiano para efectos de discusión). Las primeras las llamaré pedestremente: la papa. El comunismo científico, entonces, no se explica a partir de los fenómenos no nouménicos, sino a partir de los fenómenos económicos. La papa al final es la base de las revoluciones sociales y, por tanto, la base de los procesos históricos. Cuando un proceso histórico encuentra su explicación económico-matrialista encuentra la posibilidad científica. Científico no es en Marx sinónimo de certeza, sino de realidad.
Por cierto, realmente me gustó la manera en que presentas el post. Claro, conciso, y en donde podemos discutir los presupuestos y no solamente partir de ellos y ya. En suma encierra la posibilidad de ser todo en él discutido sin que esto implique hacer de él una discusión ajena a él.
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