Filosofar es cuestión vital

Recientemente, el Dr. Ernesto Priani colocó en su página (www.ernestopriani.com) una nota breve que merece particular atención: ¿qué significa, hoy, ser filósofo? La pregunta es tremenda porque no está indagando sólo por la metodología de una profesión; se interroga por una forma de ser hombre. Incluso se podría agregar que cuestiona cómo ser un auténtico humano; visto así, la duda es vital.

Podría pensarse en Sócrates, en aquella vida dedicada al servicio de la verdad. El ateniense indagaba sin “segundas intenciones”, mostrando así un amor puro por el saber. La Filosofía, entonces, es cuestión de amor, de ahí que sea desinteresada y libre.

Filosofar es vivir, piensa Xirau; y si también es cuestión de amor, entonces filosofar es vivir amando, es deseo vital que obliga al sujeto a engrandecerse a pesar de nunca colmarse, “tan hondo caló el logos en su alma”.

Dudar de lo que significa filosofar hoy en día significaría, entonces, dudar de lo que significa vivir: he ahí lo vital de la duda. La pregunta se vuelve más radical: ¿qué significa, hoy, vivir amando? Más aún, ¿vale la pena vivir sin filosofar? Y, como piensa Priani, “habrá que volver sobre todo esto”.