lunes, septiembre 04, 2006

Teoría y practica: ¿Diferentes?

Este es un nuevo espacio que propone como tema central la antigua disputa surgida recientemente en este blog, alrededor del argumento esceptico cartesiano. Les invito a todos los colaboradores participen con sus respuestas al problema:


¿Puede el conocimiento ser hubicado en dos planos diferentes, uno Teorico y otro Practico, o hablar de conocimiento advierte la imposibilidad de parcelarlo sin más?


Claramente pueden utilizar cualquier argumento.

3 comentarios:

Carlos V. dijo...

Según creo, el conocimiento no se puede separar en teoría y práctica. Considero, sin embargo, que se pueden distinguir. Lo que quiero decir es que teoría y práctica conforman una unidad para el conocimiento, son "las dos caras de la misma moneda". Si esto es así, entonces la carencia de fundamento para el conocimiento "teórico" afectaría necesariamente al conocimiento "práctico".
Advierto que esto es sólo un primer esbozo, prometo fundamentar mejor mi postura en un siguiente comentario.

Gerardo Vázquez dijo...

lo que dice Carlos es 'justo',
tenemos que si en efecto los conocimientos de la teoría y la práctica no son escindibles, entonces cualquier posible separación es solamente de 'grado'.
la frontera del conocimiento práctico no está delimitada, es más bien confusa.
sin embargo puedo separa perfectamente las ley de la inercia de Newton de cualquier 'verdad' moral.
son dos extremos de una linea. pero la misma linea.

carlos dijo...

Considero, por inicio de cuentas, que la acomodaticidad de consonantes mudas en un lugar vacío (mas no por ésto incongruentemente fuera-de-lugar, solipsistamente totalizador) es, para decirlo en dos palabras, cosa de mayores. ("Yo ya soy niño gane", dije entonces). La contrafactualidad, pregúntese entonces, de una inmanencia unitaria y plena, de una simbolicidad transestética, de una huella que marca productos de alterizaciones, tal contrafactualidad ¿puede ubicarse en la responsabilidad de una tormenta lúdica? El ludicisismo, quedaría por decir, como trastrocamiento, como un irse-y-despedirse, como una diferenciación apofática y una no-señal controvertidamente teologal.
Abramos los ojos: la insurrección nor-oriental, en cuanto marcaje de infraestructuraciones contrapolíticas, describe, paso a paso, en un pestañeo, de repente y a largos plazos, el mäelstrom primario: el retorno del mito, el bye-bye del raciocinio cartesiano como hasta ahora había sido conocido en occidente. Hablemos, pensemos, dejemos una sonrisa. Y, finalmente, muramos.
("Yo ya soy niño gane", dije otra vez).