viernes, octubre 27, 2006

El pensamiento ¿es también acción?

I.
Si pensar es moverse en el laberinto de la mente (pero aún movimiento, ¿acción?); luego, ¿acaso esto conlleva también una ética, una ética del pensamiento? ¿Qué diremos? ¿O dicho lugar (el pensamiento) representará siempre el oasis (el único quizá) de una libertad plena e incondicionada?
Por otro lado, ¿una ética para qué, para cuidar qué, para procurar qué, si la acción inicia y culmina en uno mismo? ¿Procurarse a sí mismo? ¿De qué? ¿Del mal que habita en uno mismo? ¿De sus calabozos y máquinas de martirio?
II.
Preguntemos: ¿Para qué pensar? ¿Para qué andar? ¿Por qué vivir?
¿Vale la pena vivir una vida sin pensamiento? No, la pregunta es: ¿Qué pensamiento es el que vale la pena ser vivido? Y nadie lo determinará sino aquel que lo vive y lo soporta. Cada quien elige su propia vía, y la cambia si así le place. Cada quien se tortura a su propio gusto; camina según su propia comodidad o incomodidad: con los ojos cerrados si así lo desea, brincando, lento y certero, o descuidadamente aprisa tal vez.
Habremos de determinar qué tanto nuestros pensamientos afectan nuestro entorno [¿Qué no son los mismos colores con que dibujamos el mundo?]. ¿Cuál es el límite, la frontera entre el pensamiento y la acción? [¿Qué tan virgen es la virgen que sueña con el acto sexual?]
III.
No se camina sin sentido; el cual no le viene ni antes ni después. Hacemos camino al andar. Andando por la vida, le damos a ésta un sentido.
IV.
No hay vida sin pensamiento. El pensamiento es la vida misma.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

I. El problema, me parece es de orden estético mas que ético.

rc dijo...

¿y cómo resuelves que el pensamiento no es acción, Sergio?

Anónimo dijo...

Vos planteas primero si el pensamiento es acción, y pasás entonces a discutir sobre una ética que le seguiría.
Lo que pensaba es lo siguiente:
El pensamiento es un proceso de transformación, en eso podemos estar todos de acuerdo, creo. Y tal transformación puede tomarse como un indicio de las acciones subyacientes, como en la termodinámica o en la química.
Ahora, en el libre alberdrío del pensamiento y sus libres pero condicionadas relaciones, apuesto que formamos 'un discurso estético, del que sólo se puede hallar su fundamento en elecciones de orden estético' [1] . Y si la combinación a la hora de relacionar pensamientos es de orden estético, un juego de la mente, la ética pasaría a estar fuera de lugar como concepto gobernante, y no sería más que otra construcción.... construcción estética.

Saludos y espero más charla

[1] “Seguridad, territorio, población” de Michel Foucault, FCE (2006), p.17

rc dijo...

Pues habría que revisar las intuiciones sobre las que se recarga tu apuesta de que todo juicio remite a elecciones de orden estético.

Ahora bien, ¿el juicio es realmente sólo estético? ¿no podrían sus elecciones ser de origen ético? ¿de qué manera podríamos llevar al campo de la moral nuestras elecciones? ¿cuál es la preeminencia de esta angustia? Distingamos dos discursos aquí: el quid juris y el quid factis. Tú apuestas, Sergio, a que, de hecho, todo juicio es estético. Y ciertamente no puedes sino apostar, pues no veo forma de corroborar tu tesis de interés descriptivo. Por otro lado, mi interés es de orden prescriptivo. Me interesa hacer ver (nacer) el sentimiento ético del "pensar" como una acción. Ver la acción ya en su sola posibilidad, y desde ahí mismo, en su semillero, juzgarla. Es esta mi preocupación principal. ¿qué consecuencias lleva esta idea? ¿es factible? son estas cosas las que también podríamos discutir en este espacio en común.

Saludos

Anónimo dijo...

No veo cómo se salva tu proposición de ser también una descripción, como alcanza cierta objetividad.

Dudo que las acciones tengan un origen ético.
Pienso esto como un gran círculo hermenéutico.
El juzgar ya presupone una alteridad, una otredad: sujeto y objeto. El sujeto modifica al objeto y éste modifica al sujeto. En este marco, una supuesta ética condicionaría futuras acciones. Opera como filtro, pero no les da origen.

Claro que esto depende del tipo de sistema filosófico que opere como ‘background’ de nuestro análisis, me imagino. He dicho ‘hermeneutica’, ‘sujeto’, ‘objeto’. Vos decís ‘origen’, ‘sentido’ y hablás de una simultaneidad donde el pensamiento –o la acción- potencial, aun sin existencia, “en su sola posibilidad” es juzgada: una concepto aún más abstracto y absoluto.
Una oposición similar se puede encontrar en las ideas de Platón o Hegel vs. Husserl y también Umberto Eco.

Pero pensemos la posibilidad que planteás. Una de las consecuencias de un pensamiento que comprenda las acciones como de origen ético supongo, serían la asociación de las acciones con su sujeto (burdamente planteo: sólo pueden salir malos pensamientos de quien es ‘malo’, o buenas acciones de quien es ‘bueno’) y otra podría ser una idea de destino fatídico de las acciones, de predestinación.

Y que siga! Saludos.

David Yáñez dijo...

En consideraciones teoricas ¿dirias que la acción esta regida por la razón?

rc dijo...

Disculpen la tardanza.

Sergio: No es que vea la ética del pensamiento como un origen ético para nuestras acciones; no, en el sentido de que ya sean en principio buenas o malas. Aún no es, por decirlo así, suficiente el material para dar el juicio. Sin embargo, mi preocupación es, si quieres, previa a esto. Primordial y urgente. No necesito argumentación para sostener mi visión del pensamiento como un espacio de movimiento. Me basta hacer nacer el sentimiento.

Por ahora no me importan las teleologías ni las deontologías. Es natural en el hombre la posibilidad de tener una sensibilidad propia para la miseria, el hambre, las tragedias verdaderas, el holocausto... No necesitamos argumentación tampoco para hacer nacer este sentimiento. Es aquí donde veo yo la posibilidad de la ética misma. No en la defensa argumentativa de un edificio lógico-práctico, ni nada por el estilo. La ética "nace" en un sentimiento moral. El sentimiento de que la muerte del otro no le pertenezca a nadie más si no a sí mismo.

Las acciones "malas" no surgen espontáneamente del hombre. Si así fuera no podríamos llamarle "malo". Loco, tal vez. Parece necesario entrever un pensamiento (movimiento discernido) ahí dentro para poder juzgarle. ¿Por qué no podemos decir de los perros que no mienten nunca? ¿Porque son muy honestos?

Ninguna acción que podamos juzgar buena o mala, tiene su justificación en sí misma. Remite ella, más bien, a un campo donde confluyen razones y sentimientos: el pensamiento. No hay acción sin un pensamiento que le anteceda. Economía de la acción. De alguna acción inmoral, por ejemplo: ¿cómo matar al mayor número de judíos en el menor tiempo y gastos posibles?

Repito: ¿todos los senderos del pensamiento tienen el mismo valor amoral? Es ahí mismo donde debemos sembrar el sentimiento moral.

Y sí, veo una identificación de la persona con sus acciones (pero también con sus omisiones). La cosa es que no hay ni bueno, ni malo. Hay buenos-malos solamente. Una ambigüedad inherente en el hombre. Una ambigüedad que es necesario "controlar" desde dentro. ¿Qué pensamientos nos daremos el lujo de seguir? ¿A qué cosas someteremos nuestra sensibilidad? ¿Por qué senderos arriesgaremos a caminar el origen de nuestra acción?

David: No solamente. Según entiendo la acción (moral). Creo que es necesario un pensamiento previo detrás de la acción. Encubierta. Que sirva de sostén o justificación. Por ejemplo: Hice X. Y decidí realizar X, porque Y, Z... ¿Le preguntarías a un perro porque nunca miente? ¿O por qué nunca roba?

Ahora bien, ¿qué es un pensamiento? Un pensamiento está caracterizado por una suerte de razonamientos, y también de sentimientos. ¿Puede cualquier animal tener estrictamente pensamientos?

Anónimo dijo...

Ya son muchas y muy distintas las cosas que estamos discutiendo.

Moral
Es natural en el hombre la posibilidad de tener una sensibilidad propia para la miseria, el hambre, las tragedias verdaderas, el holocausto... No necesitamos argumentación tampoco para hacer nacer este sentimiento.
Bien, tomemos esto como verdadero. Ahondemos y afirmemos también que esta naturalidad residiría en la asimilación del otro con uno mismo.
¿Qué pasa entonces cuando no vemos al otro como a nosotros mismos? Es en esos casos que las grietas evidencian las artificialidades de esta supuesta naturalidad.
Atención, no digo esto para intentar tirar todo el edificio abajo, para decir “todo es una artificialidad, por lo tanto...”, sino para profundizar en su funcionamiento. Sigo.

Y si evidentemente como vos decís, la ética “nace” en un sentimiento moral, dentro de un grupo de ‘similares’ podríamos decir que desde esta moral común, se condicionaría el pensamiento, ergo la acción. Toda la razón.

El campo moral sería entonces un sistema de reglas comunes dentro de las cuales un grupo puede gozar de comodidad entre propios ‘pares’. Un equilibrio casi físico, que como tal, se reacomoda constantemente.

En el análisis de su funcionamiento, planteás la cuestión de que si todos los senderos del pensamiento tienen el mismo valor amoral. Y es acá –y no en el fundamento de la acción- donde aplicaría tu noción de ‘economía’. Si la moral es un conjunto de reglas, sus dispositivo se activan sólo ante las desviaciones.

Y sea lo que sea la Moral (construcción o ‘sentimiento’), se funde sobre lo que se funde (estética o no), hay senderos mas moralizados que otros. Quizás quepa decir mas sobrecargados que otros.

(por otro lado, dejame decirte, qué término inteligente ‘senderos del pensamiento’, permite trabajar con más comodidad).


Reafirmando la acción y el pensamiento como una sola cosa
Ya habíamos concordado que pensar implica un proceso de transformación, y que eso lo identificaba con la acción.

Ahora, pensaba en las ‘grietas’, las evidencias de la artificialidad moral, pensaba también en cómo no tenemos el control total sobre nosotros mismos, cómo nuestro subconsciente no es tan moral (¿es más estético? ¿cómo asocia acaso nuestro subconsciente?), para llegar al siguiente razonamiento: artificialidad implica construcción, y construcción, acción.

Con esto quiero decir, siguiendo con tu planteo inicial –si es el pensamiento también acción- que la verdadera importancia de plantear la naturalidad o artificialidad del campo moral, tiene implicancias en poder afirmar: el pensamiento es también acción.

¿Se entiende lo que te planteo o es un discurso cerrado y disperso? Pregunto esto porque me interesa eso de que realmente entendamos el planteo del otro, para poder discutir. Hay cosas que no pude entender claramente de tu planteo, Beto, muchas líneas que seguir que me dispersaron y que me gustaría que resaltes (asi te entiendo más lo que planteás). Gracias!

Anónimo dijo...

En el capitulo sobre "pliegues" de su libro-crítica a Deleuze ("el clamor del ser") Alain Badiou hace un planteo interesante sobre el pensamiento y el ser. Sería bueno compartirlo y discutirlo (cuando alguien vuelva a aparecer en el blog)

* dijo...

me parece que el pensamiento es consecuencia de estar vivo, como causa y efecto, sin vida no habría pensamiento puesto que en qué pensar sin haber vivido? así como los caminos están y uno los elige así también el cómo andarlos, es el pensamiento lo que da vida a la andanza en el caso de no andarlo yerto... sin embargo... en ocasiones (en el caso de algunos provilegiados) el pensamiento se torna verdad casi como si la creación ideada en la cabeza se materializara en el plano real no solo cobrando vida sino siendo esta misma... así que pues (ya hasta yo me revolví en lo que digo) el pensamiento es, ciertamente, una acción, es un verbo llevado a la materialización y en ocasiones trasladado a la propia existencia tomando física forma y espacio en el tiempo (espacio/tiempo)... el pensamiento es una libertad, una gracia y una virtud que, encaminado de forma correcta llega a ser una verdad, eso viéndolo solamente del lado de la física, ahora que si lo vemos por el lado intrapersonal...

rc dijo...

Acá en México ya salimos de vacaciones y he andado algo distraído; así que ruego disculpen la demora de mi respuesta.

Sergio:

Acepto que de hecho el pensamiento se vive estéticamente. Mi preocupación en este escrito es realizar una metáfora en la que pretendo transmitir un sentimiento ético en el "andar los senderos" del pensamiento. La metáfora viene, por supuesto, en la imagen del "andar los senderos" del pensamiento.

Creo que si logramos sentir la preeminencia moral de algunos senderos entre otros, podemos igualmente vernos como agentes morales aún en "actos" del pensamiento.

Tal vez sea más fácil comprender mis palabras (que no siempre lo simplificado es lo más fácil de comprender) si traducimos, si simplificamos en términos del catolicismo: también pecamos en pensamiento.

¿Nunca te ha asombrado la capacidad de la imaginación para crear situaciones límite? Es decir, para colocar las cosas de tu mundo de tal manera que puedas sentir la descarada manipulación que ejerces sobre la imagen de lo que te rodea... Es esta mi inquietud.

¿Es conveniente pensar en una moral de la imaginación, del pensamiento? ¿Debe permanecer como último reducto de la libertad de pensamiento? ¿O es importante también regular nuestros pensamientos?

I. e., si somos capaces de imaginar a nuestro vecino como un potencial asesino... ¿qué tanto se pierde nuestra "buena" imagen de la humanidad? ¿Qué tanto nos volvemos misántropos? ¿Qué tanto nos seduce la intolerancia, el fascismo?

¿Podemos ver mi preocupación como la ingenua preocupación de un individuo por no perder la "buena voluntad" para con las personas?

Son básicamente éstas mis preocupaciones primarias. Como puedes ver, nada del otro mundo.

Hulde: con un respuestuoso saludo, te remito a la discusión desplegada en los comentarios de este post, para empaparte de nuestras filosóficas dudas e integrarte al banquete.

Un saludo a todos, y gracias por seguir participando en la discusión.

Anónimo dijo...

Creo haber entendido deuna buena vez.

Buena voluntad vs. Verdadera Voluntad...

Yo personalmente creo que no sólo es importante mantener la libertad de la imaginación y del pensamiento para poder crear Voluntad, sino condicion sinequanon (?) para pensar la posibilidad de una Buena Voluntad.

No puede haber Buena Voluntad sin Voluntad...

Felices vacaciones desde Arg!

Anónimo dijo...

Hola a to@s, chulos y chulas..

Espero no importunarlos demasiado, pero...¿alguno de uds. sabe algo de la Blondie Glamour?, desde que ella desapareció en el firmamento montada en su convertible rosado nadie la ha visto de nuevo, y con su partida los blogs se han vuelto remedos baratos de cosas tan horrorosas como Theoria, Letras Libres, La Jornada y escrituchos similares...

¿Que ya nadie lee la Vogue británica ni nada así?, ¿que ya cualquiera escribe o qué? ¿exijo saber del aparato represor que regula las publicaciones virtuales que pervierten a nuestr@s joven@s -sí, también a las jóvenas- ¡¿cuándo van a pensar en los niños?!!!

De antemano hartas gracias gente, espero que alguien me ayude a encontrarla pronto. Si no me temo que todos terminaremos leyendo a Kant, a Nietzsche, a Benjamin, a Platón, a Carnap, a Wittgenstein o quizá algo peor, quizá a Heidegger... y en alemán!!!... o las pobrecitas de Foucault y Derridá en francés!, o quizá a Parménides en otomí, o quizá - si nadie encuentra pronto a la Glamour- tal vez leeremos a Proust en braile -aunque aún podamos usar nuestros ojazos y pestañear con harto rimel-
¡¡¡Ayyy No!!! ¡¡Horror, horror, horror!!!!
¡Qué imagen de espanto esa de leer a Proust en braile!, digo, si comparamos eso con actividades harto recreativas como pasar el día viendo en Galavikitsch a Laura en América o la trilogía novelesca de Thalia y sus tres Marías(snif).

Aunque no, no lo creo, seguramente exagero, y lo de Parménides en otomí y lo demás nunca pasará, porque eso sí..., ¡¡¡hay un Dios!!!, ¡¡¡y Él sabe de justicia!!!

Lo puedo ver, la Blondie, o un facsímil de esa, han de regresar con harto glitter en el alma para el bien de todos. Pero hay que buscarla harto eh, no se les olvide..

Besos a tod@s... (muac)

PD: Juro que se compensará cualquier info sobre La Blondie o cualquiera que tenga tanto estilo como ella.

rc dijo...

Sergio:

Creo que ya me entendiste, y me parece que estoy de acuerdo contigo Sergio. Saludos.