domingo, octubre 01, 2006

(¿) Haciendo filosofía (?)

No atenderé a formalidades de ningún tipo en mi texto, escribo tal y como pienso. He ahí la mayor honestidad que acaso pueda ofrecernos la filosofía...
La primera inquietud que tuve al conocer a mis compañeros de carrera fue saber por qué razón fue que terminamos en el mismo colegio. Mis dudas acerca de mi propia llegada, mis dudas acerca de la certidumbre sobre nuestras decisiones, mis dudas acerca de la supuesta coherencia en nuestros pensamientos y actos. ¿Qué es lo que lleva a uno a estudiar filosofía?
Luego, en alguna charla con el buen R. Vivero, surgió la idea de armar la revista Pólemos. Recuerdo que pocas veces había estado tan animado por lanzarme a averiguar qué era eso de hacer filosofía. Y sobre todo, después de haber cursado ya las materias de Teoría del Conocimiento, y haber tenido como maestro, en otro curso, a un reconocido filósofo analítico: Alejandro Tomasini; mis sospechas fueron acrecentándose sobre la forma de proceder de los filósofos en la Academia. Yo me preguntaba: ¿Cómo es que se comienza a hacer filosofía? Y luego, a raíz de la revista: ¿cómo sé que hago filosofía? ¿Qué es hacer una auténtica filosofía? ¿Por qué me pregunto si hago auténtica filosofía? ¿Auténtico frente a qué?
Leíamos a Heráclito, a Platón y a Aristóteles (desde una vista heideggeriana) entonces. El asombro (thauma) inicial que conduce al joven filósofo a cuestionarse sobre el mundo. ¿Cómo se le había podido ocurrir a alguien semejante idea sobre el origen de la pregunta filosófica? ¿Qué quería decir eso en todo caso? Y casi a manera de autómata se respondía uno: "Claro, el asombro es lo que nos lleva a 'descubrir' el mundo". Y eso en algún sentido nos bastaba, quizas, para no seguir rascando e ir más allá.
Si en algún sentido coincidíamos todos sobre el quehacer de la filosofía era algo similar a lo que dijo alguna vez un chico en una clase de Filosofía de la Ciencia: la filosofía es una interminable revisión de pre-juicios. Es decir, de cierta manera atisbábamos ya lo siguiente: a) no parece haber realmente un suelo firme en filosofía, b) lo más normal es el flujo, es el movimiento, c) permanecer en algún punto en particular es sostenerse de un pre-juicio, d) la labor del filósofo es una labor, en algún sentido, similar a la de Sísifo (siendo ésto, tal vez, lo que la mayor parte del gremio intente negar).
Pero todas estas metáforas, o situaciones formales sobre el origen o el quehacer filosófico, por lo menos a mí, aun no me bastaban. Tenía realmente una inquietud por saber qué era aquello a lo que estaba entregando mi vida. Finalmente todo este torrente de dudas desembocó a una gran crisis vocacional el semestre pasado. ¿En qué estaba metido yo? ¿Con qué cosa había comprometido el resto de mi vida? ¿Había realmente un compromiso? ¿Era para toda la vida? Pensaba: me preocupo por mi vocación. Yo ya he enfrentado esto; y no sólo en mí, sino también ayudando a varios amigos míos. Es realmente un problema serio... ¿ésto soy yo? ¿soy filósofo? Todas las respuestas me parecían salidas de una fuente de la cuál dudar: la Academia. Ningún cliché nos capturará nunca la verdadera cara de nada. Y yo realmente no hallaba rápidamente una forma de entrar a las discusiones filosóficas ni en el salón de clases ni fuera de éste. ¿Cómo podría considerar el problema cartesiano del mundo externo como un verdadero problema? ¿Cómo podría yo adoptar el problema del ser y el devenir como una auténtica inquietud propia? ¿Acaso no era tan iluminado como mis profesores o varios de mis compañeros como para discutir tales cuestiones tan acaloradamente? ¿O acaso el interés personal por el tema contaminaría el carácter de objetividad en nuestras argumentaciones? Por otro lado, las exposiciones sobre los problemas filosóficos no me mostraban nada aparte de aquello que ya había presentido en algún momento de mi bachillerato: la importancia de la honestidad en el pensar. Detrás de los problemas hay prejuicios, detrás de las respuestas deshonestidades.
Y finalmente: ¡Pero qué fregados! ¿Necesito realmente una diferencia entre cualquier tipo de texto, ya sea científico, histórico, literario o filosófico? Es esto también una línea divisoria en que insiste y nos obliga a realizar nuestra sacrosanta tradición. Si al fin somos escritores todos nosotros. No leemos más que para saber de otras experiencias de vida. Y nuestros textos finalmente ocultan lo mismo: incertidumbre sobre la propia vida. Pocos tienen la honestidad suficiente para aceptarlo (aunque no puedan verlo claramente aún): el único interés en el fondo de nuestra lectura es la búsqueda de herramientas para nuestro bienestar. Cualquier otra búsqueda en nuestro itinerario es mera pose.
Problematizamos al vivir. Vivimos y problematizamos. Lo hacemos porque nos preocupamos. Nos interesa aquello que nos preocupa. Y mi interés viene forzosamente de aquello que ya me ha dicho algo. Y no algo que se adecue con mi pasividad en la cotidianidad, sino aquello que me inquieta, no me deja dormir, que lo complica todo. Interesarnos es complicarnos. Cuando "resolvemos" nuestros problemas, los adecuamos a nuestras ficciones de estabilidad, nuestro armado trasfondo mítico-filosófico sustentador de realidad, de presencia, de certidumbre y seguridad, acaso también de muerte.
Recorrer las propios laberintos de nuestros pensamientos es algo que pocos se lanzan a hacer. Ya sea por seguir reglas y pautas que garantizan el sueldo o el título (que más que movimiento es permanencia), por miedo y cobardía, por ceguera, por megalomanía y descuido... Preguntar no es esperar la thauma a que nos golpee para comenzar a imprimir en moldes. En todo momento tenemos en frente la entrada a nuestro propio laberinto, desde que somos conscientes de nuestra autoconciencia; que a la vez descubrimos cuando ya hemos dado nuestros primeros pasos dentro. Pensar es algo común a todos. El valor o valentía hace la diferencia. La gran epopeya de la raza humana acontece en este plano. El pensamiento en su propia espontaneidad es nunca tan árido y riguroso, tal y como quiere la delirante ilusión científico-positivista de progreso lógico y coherente; exponente de las narcisitas banderas de "hombre como medida de todas las cosas" y "hombre como animal racional".
¡Que viva la ambigüedad, las múltiples posibilidades camaleónicas de interpretación, de pensamiento, de polémica, de aventura!
Y que comiencen las refutaciones... (mucho hay que exprimirle a este balbuceo)

17 comentarios:

El Refutador de Leyendas dijo...

Fantastica apreciacion... te comento que soy estudiante de la carrera de filosofai y dia a dia me pregunto y planteo las mismas cosas... hoy, ademas de los dibaguen entre cerveza y cafe con amigos y familia... cuento con un blog... donde por suerte puedo "hacer". No digo hacer filosofia, no creo que la filosofia "se haga"... me parece mas bien que la filosofia "discurre"...

Alejandro dijo...

Buen blog. Felicidades. Los invito a conocer el mío: Tras el Muro de Planck

Anónimo dijo...

Beto Perdido,

Hace rato ando metido en esta red de blogs, metiéndome donde no me han llamado.

Qué bueno que hayas publicado tu reflexión, llena de preguntas. Camus decía algo asi como que las ideas son lo contrario al pensamiento.
Mantenés el vertigo del pensamiento, no imprimís en moldes.

Para aportar algo, no comentar sobre lo ya hecho te comparto que yo creo que la filosofía me es importante porque nuestras sociedades se construyen sobre creencias filosóficas muy asentadas y condicionantes (ahora mismo, creo que somos muy platónicos). Nuestra base es etérea,
y creo que la tarea del filosofo, del artista es mostrar el revés de las tramas, evidenciar al hombre, y promover el cambio de lo que nos hace versiones reducidas de seres humanos. ¿Algún día la filosofía dejará deser necesaria?

Pero no escribía en realidad para decirte esto. Te quería pasar un link de un filosofo contemporaneo que escribió sobre el nuevo rol de la filosofía:

Articulo

No tengo blog que promocionar, pero bueno, se hace lo que se puede...
Suerte!

Gerardo Vázquez dijo...

no sé que decir amigo mío...
la problemática sobre la filosofía quizá no se pueda abordar desde una posición nihilista (prima faccie) pues nos das de ante mano una respuesta, tenemos una actitud ante los problemas, y eso ya es dotarlos de dirección (yo lo hago todo el tiempo, pero no en algo tan complejo como la definición misma de filosofía)
aparte tampoco creo que podamos abordar el problema de la filosofía sin una plataforma de lanzamiento, es decir, yo haría la pregunta "¿es Heidegger filosofía?" "¿es la problemática del ser un problema filosofico?"
y no como parece que haces tú, "¿que es la filosofía?" "¿hacemos filosofía?". pues así no hemos de encontrar criterio alguno, puedes decir "quizá no lo hay" entonces te pediría que abandonaras la nave (cosa que ya habrías hecho)

Gerardo Vázquez dijo...

algo más Roberto.
"la importancia de la honestidad en el pensar. Detrás de los problemas hay prejuicios, detrás de las respuestas deshonestidades."
¿te parece que así es en efecto?
no es más bien que las respuestas omiten algunas dudas, pero resuelven problemas...
L.W. "la filosofía es el que hacer en pos de la tranquilidad mental,y en ella gana quien llega al último"
esta cita es según mí memoria pero capta lo que el vienés dijo.
la filosofía "circunscribe" los problemas vivenciales de los sujetos que la realizan, la preocupación es delimitada con el quehacer, sus preguntas dan respuestas intrínsecas a un cierto espacio y tiempo.
La tranquilidad mental es la última solución, es la construcción de la "brújula" que pemite navegar, es el encuentro con las "señales" de las que habla (si no me equicoco, cosa que es harto posible) Parménides en su poema.

Anónimo dijo...

Gerardo,
No creo estar de acuerdo con tu idea de los cuestionamientos del filósofo.
De alguna manera el preguntarse qué es la filosofía, es un motor para el desarrollo, para el despliegue de la filosofía misma. Históricamente, el rol del filosofo no ha sido siempre el mismo, y el filosofo no ha sido siempre el mismo.
La 'nave' que de alguna manera proponés abordar, es un tómalo o déjalo. Atenerse a esto, ha de estar bien para el filósofo disciplinado. Pero la filosofía, creo yo, desborda a la disciplina que la pretende contener.
Encuentro esta problemática similar a la que se suele dar dentro del ámbito musical, con el folklore: están quienes creen que el folklore es un campus ya dado, y quienes se dedican a construirlo. Comento esto porque de esta anécdota creo poder volver con alguna respuesta. Camus (otra vez él) alguna vez dijo que la tradicion era algo demasiado importante como para dejarla en manos de los tradicionalistas.

Opino esto aunque claramente estoy de acuerdo con vos que de alguna manera hay que encontrar algun criterio, un método, bien sea para abandonarlo luego. Fundar campos morales para poder moverse dentro, con comodidad.
Para poder descreer, lógicamente en algo hay que creer.

Carlos V. dijo...

Creo que en muchos sentidos comparto muchas de tus inquietudes.
Yo creo en la increíble capacidad del hombre para pensar. Cuando uno se pregunta "¿qué es la filosofía?", esa pregunta no puede pretender ofrecer una respuesta unívoca, siempre está sometida al filósofo; creo, por consiguiente, que filósofo y filosofía están íntimamente ligados. La respuesta por la filosofía es siempre la de un filósofo, la del valiente que se atreve a entrar en los laberintos de su propio pensar, de su propio ser. Me parece que es insensato criticar o clasificar qué es filosofía y que no; mucha culpa de esta clasificación la tiene la Academia, pero aquél que sea valiente, esto es, aquel que piense por si mismo, lo notará.
Creo, sin embargo, que las diferentes filosofías son partes enteramente humanas, prueba más fiel de humanidad no puede haber; ello implica al otro, al que se muestra como humano, como otro que piensa, no importa que sea real o no, lo es para mi y con eso basta. Es por ello que es importante escuchar al otro; la filosofía, vista así, se vuelve en mi silencio, lo que me posibilita escuchar, atender, comprender y hablar con el otro.
Si la filosofía se hace o no, si discurre, si se formaliza, etc., etc. ¿Qué importa? ¿Cuál es el criterio? Creo que en todo caso, la filosofía es nuestra filosofía, lo que hacemos es compartirla con los otros...
¿Qué importa este comentario, Roberto? ¿Qué importan mis palabras? Mejor guardaré silencio y escucharé tu filosofía, escucharé lo que dices porque siempre me asombra, al igual que todos los otros filósofos.
¡Qué viva la ambigüedad del lenguaje y la formalización de éste! ¡Qué viva la metafísica y la Lógica Formal! Dejémonos ser, dejemos que viva la filosofía.

Anónimo dijo...

Caralvap,
Sino lo es de hecho, tu comentario es casi una provocación.
Enrolarse en ese relativismo autoconsciente (en el otro post planteo su ficcionalidad) no conduce sino a callejones sin salida. Es como volverse un loco feliz, por creer que el apocalipsis efectivamente existe (y que viene pronto).
Lo importante, me parece, es la discusión, la puesta en común, la puesta a prueba, y por sobre todo la libertad de cambio de nuestras posturas, de nuestros modos de pensar la filosofia y la vida.

Abandonar nuestra lógica bivalente.

Gerardo Vázquez dijo...

Sergio, no digo que la duda se pueda omitir, sino que debemos partir de algun supuesto minimo, de alguna crìtica a alguna escuela, libro, individuo o posiciòn, y no en tanto filosofìa.
"¿que es la filosofìa?" me parece un problema simplemente irresoluble, cualquier respuesta coarta ya su posibilidad de expansiòn, de cambio y de negaciòn. la duda de nuestro amigo es bastante perturbadora y tanto que DUDA y nos hace DUDAR la acepto como legìtima, pero quizà no la ha vertido en el cause màs apropiado...
quizà sea solo yo, quien no acepta posturas relativistas.

Gerardo Vázquez dijo...

claro que no te pasarè inadvertido mi querido Carlos.
"Dejémonos ser, dejemos que viva la filosofía."
ahora es tiempo de que me ponga "platonico-hornefferiano"
esencialmete la filosofìa es confrontaciòn. ¿que diremos? estoy bastante convencido de ello, y estoy dispuesto a dialogar casi con cualquier postura, pero me parece que debemos tener algo en comùn, ¿la razòn?
estoy dispuesto a guiar mi razòn por la argumentaciòn, la lògica serà mi supuesto minimo compartido con ustedes y los demàs filosofos, ¿que diremos?
y tu, Sergio, "Abandonar nuestra lógica bivalente" ¿como lo vas a hacer? simplemente no se puede dar respuesta con sentido, no atenernos a sus limitaciones...
es algo que tambien contemplamos, tambien el hombre abarca esa posibilidad, pero a eso se le llama arte.
(por mejorar la oferta)

rc dijo...

refutador de leyendas y alejandro sada: gracias por su visita. preferiría que se fueran al campo de la discusión conmigo, no tanto el de la aceptación. De todas maneras, saludos cordiales.

sergio: estoy de acuerdo en todo lo que dices... pero yo preguntaría: ¿qué no hacen lo mismo la literatura, la historia, la ciencia,...?

gerardo: es algo que ya se hace amigo: etiquetar materias o parcelar campos, como prefieras decirle. ¿Qué diremos? ¿Cuál ha sido el criterio que se ha usado? ¿Bajo qué supuestos funciona? ¿Es conveniente aceptarlo? ¿Por qué no pensarlo de otra manera?

¿Y cuál crees que sea la preocupación detrás de lo que expongo?

"espero que la auténtica filosofía sea una forma de disidencia social, de no ser así me comprometo a ello"

¿Reconoce esas palabras, querido y noble amigo?

Sergio (2): exacto.

Carlitos: tú captaste mejor el espíritu que intentaba expresar. Agregaría: ¿y qué si queremos escribirla como novela o poesía o cine o música... ?

Sergio (3): creo no comprender del todo tu miedo al supuesto relativismo que ves en Carlitos. ¿Un loco feliz? ¿El apocalipsis? ¿Abandonar la lógica? A ver, no no no no... ¿Qué es lo que diremos de esto?

gerardo (2): y por qué supones que no estaremos partiendo de "alguna" filosofía... al menos, de la que a mí me han querido enseñar... sea cual sea que amneje la Academia.

Esto de acuerdo con tus últimos dos comentarios.

****

Pero bien, ¿qué diremos de todo esto? Sería absurdo negar que, en efecto, HAY parcelación en los campos del saber humano. Podemos decir qué es física, qué es literatura, qué es historia, etc. Lo que quiero hacer ver es que, aparentemente, la ventaja de la filosofía es que tan sólo necesita del pensamiento razonado (implícita o explícitamente) para ser lo que es. Y por tanto, poderse manifestar de tantas formas posibles. Y lo difícil es establecer una regla uniforme para todos sin que alguna mente genial la rompa maravillosamente.

No caigamos en los problemas que la tradición nos intenta heredar... problematicemos nosotros desde nuestra propia vida. Perdámonos en los laberintos de NUESTRO pensamiento. No pisemos huellas ajenas. Hagamos un nuevo recorrido, con nuestras propias huellas. Y hay tantas formas de echar a andar...

Carlos V. dijo...

Me parece que he sido mal interpretado, o bien (de hecho creo que es eso) no me explique bien.
Por suspuesto que estoy de acuerdo en la discusión, en la confrontación de posturas, sino ¿qué sentido tendría el diálogo? Serían, en todo caso, monólogos inconexos, que no nos implican.
Lo que quise señalar es justamente el problema contrario, a saber, adoptar una postura, defenderla tan bien, que se cierra el diálogo. Adoptar una postura -cuestión absolutamente válida y respetable- puede traer consecuencias severas, tales como creer que se posee la verdad y que los otros están equivocados. La posibilitad de con-vivir (para ponerme platónico-juliano-hornefferiano), no radica (al menos no necesariamente) en defender mi postura frente a la tuya, sino en exponerla, dejarla mostrarse en sus puntos más vulnerables para fortalecerla o bien, para desecharla.
No me opongo a la discusión porque en ella, gracias a uds., mis pensamientos mejoran y pretendo ayudarlos con los suyos.
Saludos a todos.

Anónimo dijo...

Gerardo: comprendido! (al fin!!)

Beto: Negativizo el relativismo de carlitos porque para mí el relativismo mismo es lacontracara enfermiza de las filosofias que toman la multiplicidad como algo positivo (Deleuze, por ejemplo) y desde lo cual se puede construir y crear. Siento que el relativismo es el "hijo malparido" de filosofías cristalizadas y ya obsoletas (tomar con pinzas esto de obsoletas).

Saludos a tutti cuanti

Gerardo Vázquez dijo...

mi buen Roberto, "y por qué supones que no estaremos partiendo de "alguna" filosofía..." ¿que clase de pensamiento, sea de a naturaleza que sea, puede partir de la invalidez total, de un nihilismo radical?
no negaré la posibilidad de partir de alguna especie de desvalorización, pero al negar algo, quizá de la tradición afirmamos y nos comprometemos con otras cosas...
me dices "¿Reconoce esas palabras, querido y noble amigo?" si, claro que sí, las sostengo. lo que no entiendo es la pregunta.
¿tambien sientes un compromiso con la disidencia? supongo que algo de eso debemos tenerlo en alguna medida todos y cada uno de los que escribimos aquí, es un escape al anquilozado sistema academico, y eso ya tiene tendencia.

por otra parte sugieres no andar por los caminos ya hechos, cosa que me pesa sobre todo a mí (Wittgensteiniano recalcitrante) incluso me han dicho "encarnación de..." pero a veces es difícil evitar el apropiamiento de ciertas ideas. es dificil deshacerse de ciertos pensamientos... y supongo que eso es por que son tambien mios. no sé, pero estoy deacuerdo en eso de vivir nuestros propios problemas

Anónimo dijo...

Roberto:


Concuerdo con tu idea de filosofía. La filosofía es lo que dice la etimología de la palabra: amor al conocimiento. En efecto, no hay proposiciones filosóficas, la filsofía es una actitud de apertura. El dogmático no ama al conocimiento, no quiere aprender más ni quiere comprobar que sus dogmas son verdadero conocimiento. Lo cree con toda su fuerza pero no se atreve a comprobarlo. En eso estamos de acuerdo. pero sucede que el escéptico tampoco ama al concimiento, tiene miedo de conocer y de creer en algo o de fracasar en el intento. El escéptico tampoco es filósofo, tampoco quiere saber. Le pasa lo que según Hegel le pasaba a Kant, se pasa la vida afilando la navaja sin a treverse a cortar, el escéptico se pasa la vida desechabdo falsos conocimiento, entrenando el pensamiento crítico y todo para... para no llegar a nada. ASí el escéptico hace de el medio un fin: su vida tiene por objetivo la búsqueda del conocimiento y no el encontrar el conocimiento, algo tanabsurdo y moralino, enb sentido nietzschiano, como aquella frase de que lo importante noes ganar sino competir. Por otro lado, he notado que el escepticismo suele ser una pose con la que la gente cobarde pretende sentirse por encima de los demás y más inteligente que todo mundo. AL cree en algo se le tacha de ingenuo y de fanático, de estar movido por oscuras fuerzas; en cambio, el que no cree en nada, parece, sólo parece, una persona libre, inteligente, reflexiva, in alma libre, crñitica. Yo diría que muchos de los que se jactan de ser críticos en el fondo sólo son criticones.
Espero que tú, Roberto, seas crítico y no criticon.
Bienvenida la crítica, la duda y la búsqueda pero mucho cuidado con la pose de escepético, que no ess más que un escudo para los cobardes que le tienen miedo a la vida y a conprometerse con algo, ya sea con una idea, con una filosofía, con una casusa política e, incluso, con sus semejantes.

ATTE
Ismael
P.D. Espero respuesta.

Anónimo dijo...

Ismael,

Concuerdo con lo que opinás sobre el escepticismo y el dogmatismo.

Pero dejame decirte que lo que proponés a cambio parece vago y escurridizo.

¿Amar al conocimiento? No dice mucho... ni siquiera sabemos de una forma certera de amar.

Se me ocurren algunos modos de amar: el amor incondicional es insano y no tiene los pies en la tierra; el que cree que amar es poseer (el dogmático, el taxativo)también lo es. Pienso también en el escéptico diciendo "por que te amo te aporreo" (¿No será precisamente que por no denigrar el pensamiento, el escéptico es como es?).

No hemos llegado a una respuesta.

Anónimo dijo...

¡ay amor, cómo nbos traes! En efecto, Sergio, eso del amor es vago, no es la palabra precisa para expresar mis ideas. Más que amor, diría hora que la filosofía es una actitud de apertura, es una disposición a conocer, el deseo de conocer, aúnque se page al precio de la destrucción de aquello que creíamos conocimiento. Y ahy gente que no está dispuesta a conocer.
Pero, eso sí, todavía no hay respuesta.
Ismael