sábado, marzo 24, 2007

Pienso, luego ¿soy?

Este pequeño escrito no es más que producto de la inspiración a propósito del post de mi colega y amigo Roberto. Él, desde el título se cuestiona: “El pensamiento ¿es también acción?”. Con esta duda no pude hacer otra cosa que recordar a Descartes, el gran inventor de la duda metódica. Este filósofo llegó a la “certeza” más segura: si pienso, entonces existo, más aún, soy. Ser es una acción, la de “estar siendo”, por lo tanto, el pensamiento es una expresión del hecho de ser. Descartes nos ha enseñado que el pensamiento es la prueba (esto es debatible) más clara y distinta de la acción humana, pues ¿qué mayor acción que ser? Pensar es vivir, piensa Roberto, y vivir no es otra cosa que ser.

El hecho de ser, el Ser mismo, ¿requiere ética? La acción más evidente no puede ser regulada; es decir, cuando soy, el hecho mismo de ser no puede ser éticamente juzgado: ¿cómo establecer si el Ser es “bueno” o “malo”? Se puede, en todo caso, ser bueno o ser malo o, como sugiere mi colega, ser bueno-malo, pero primero viene la acción (la de ser) y luego la ética. Por lo tanto, si pensar es la prueba más fidedigna de que soy y si el Ser es una acción que no puede ser éticamente juzgada, entonces es imposible una “ética del pensamiento"(1).

Es claro que, por otra parte, no toda acción requiere ética. Esto último por una razón muy simple: hay al menos una acción que no depende de nuestra voluntad, a saber, el hecho de ser. Podemos ser como queramos, pero incluso aquellos hombres que se hallan en una situación radicalmente adversa (por ejemplo en estado de coma) son; es decir, "se realiza" sin voluntad la acción de ser. De esto se sigue que, el pensamiento no es la acción pura, lo cual quiere decir que se puede ser sin pensar y, en consecuencia, vivir sin pensamiento. Por lo tanto, la vida no puede reducirse al pensamiento mismo, ya que pensar es una acción, pero no la única. Ahora bien, si no toda acción puede estar sujeta a la ética y si el pensamiento no es la única acción sino sólo un tipo, entonces ¿por qué el pensamiento tendría que ser una acción sujeta a la ética? Recuerdo ahora a Sócrates: no es lo mismo vivir que vivir bien; se puede vivir sin pensamiento, pero vivir pensando es mejor.

Según algunos, llevar a cabo una acción es igual a realizar un pensamiento. Como ya mencioné, algunas acciones pueden ser juzgadas como buenas o malas; ¿puede, por lo tanto, juzgarse el pensamiento que “dio pie” a tal o cual acción? Los católicos, por ejemplo, sostienen que hay pensamientos “buenos” y “malos”; de ahí que una virgen (si profesa devotamente esta fe) al pensar que desea el acto sexual, posee un “mal pensamiento”. Sin embargo, no hay argumentos suficientemente fuertes para avalar esta creencia. ¿Por qué un pensamiento podría ser “bueno”, por qué “malo”? La ética, tal como se comprende intuitivamente juzga las acciones, la realización de los pensamientos, no los pensamientos mismos.

Roberto (y yo con él) se pregunta “¿qué pensamiento es el que vale la pena ser vivido?”. Y concuerdo con mi colega: cada quien decide según su propia convicción. El libre albedrío, la posibilidad de formarnos es inherente al hombre. Forjar y formar (êthos, en el sentido de ‘hábito’ o ‘costumbre’) el carácter (éthos) es propio del hecho de ser del humano. Estos dos sentidos del ethos con-forman la verdadera condición ética del hombre; de suerte que el sujeto, al forma su carácter, es ético. Este ente, por consiguiente, merced a su pensamiento decide cómo es mejor formarse y con ello reafirma su “eticidad”. El hombre piensa y se percata de la acción de ser; pero al pensar, el sujeto “dirige” (esto es, forma su ser) y con ello confirma, al mismo tiempo, el hecho de ser ético. Siguiendo esto, el pensamiento no requiere una ética, éste forma parte del hombre quien, de hecho, es ético. Por lo tanto, el pensamiento es ético.

Una vez que el hombre se percata de que piensa, se percata al mismo tiempo de que es, o sea, cae en cuenta de que está actuando. Gracias a su pensamiento dirige u orienta su ser; en este sentido, el sujeto se forma, que significa ser ético. Por consiguiente, el pensamiento es acción y, además, acción ética.
(1) Se notará que empleo el término 'ética' sin cursivas y éste mismo con ellas ('ética'). En el primer caso me refiero a la noción coloquial de "ética", esto es, la capacidad de juzgar, con base en un código moral establecido, si una acción es buena o mala. En el segundo caso, me refiero a una "categoría" ontológica que rescata los sentidos del ethos.

8 comentarios:

David Yáñez dijo...

Hay algunos puntos en los que discrepamos mi estimado y prístno amigo. por ejemplo en que no toda acción requiera de una dirección de la voluntad. Tal vez esta descripción que doy de la ética como dirección haga algo de ruido, pero es la unica que tengo. creo firmemente que vivir es ser pero no que pensar sea vivir. Si y no, más bien, pensar es una facultad que tiene un ser viviente racional y es necesario estar vivo para pensar, sin embargo no todo lo que se piensa (y no me refiero a contenido sino a la forma)es 'vivenciable. en cierto momento del texto parece que aceptas esto que se puede vivir sin pensar, cosa que me parece imposible tanto lógiamente como fisicamente o metafísicamente.

Por otro lado lo que dices de que el pensamiento puede estar desligado de la carga ética, puede ser cierto. Pero tendríamos que ser Pedro Abelardo, y pecar sólo de pensamiento, entonces llevar la intención a la práctica sería un plus del pecado; uno empírico.

por otro lado

Anónimo dijo...

Un lindo texto.
¿Qué es el acto de creación? (texto)
(video en français)

Carlos V. dijo...

David, es un gusto charlar contigo.

Me inquieta un poco lo que mencionas de esta manera: "En cierto momento del texto parece que aceptas esto que se puede vivir sin pensar, cosa que me parece imposible tanto lógicamente como físicamente o metafísicamente". Justo por esto mencioné a propósito el caso de una persona en estado de coma; en ese caso, se vive sin pensar.

Incluso, lo puedo llevar al extremo, alguien con muerte cerebral sigue vivo; claro, se determina como muerto porque no hay manera de que supere el "estado vegetal", pero en rigor no muere (esto es otro asunto). El hecho, mi estimado amigo, estriba en que es, al menos física y lógicamente posible, vivir sin pensar.

Pero me gustaría saber más claramente porqué te parece imposible el hecho de vivir sin pensar.

Sergio:

Increíble conferencia! No obstante, discrepo en varios puntos que atañen al tema de otro Post que estoy elaborando, de modo que brindaré mis puntos de vista en un futuro no muy lejano. Pero de cualquier modo, tu link he sido más que pertinente.

Santiago Quetzalcóatl dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
rc dijo...

Santiago tiene un serio problema psicótico. curioso que haya caído en el solipsismo después de los posmo-comentarios que dejó en mi penúltimo post "De la percepción".

Saludos. Posteo próximamente.

pd: ¿les gustó el nuevo diseño del blog?

Santiago Quetzalcóatl dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Santiago Quetzalcóatl dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
rc dijo...

La del hombre es una existencia particularmente rara. Es de entre los demás seres el que se desdobla. "Pensamiento" tal y como era mi intención usarla en aquel post era en este sentido de "desdoblamiento del ego". Puedo decir "Yo soy yo" ó "Yo existo" sólo porque he podido volverme objeto de mi propia contemplación. La autoconciencia es la facultad propia de los seres humanos. ¿Quienes "viven"? Cuando afirmo que el pensamiento es vida, me refiero a que los seres humanos realmente viven (se saben vivos) porque piensan (tienen autoconciencia).

Precisamente la figura del "laberinto" que usé en mi texto, puede leerse como una metáfora de la facultad de autoconciencia del ser humano. Nuestra vida (la de cada uno) es la historia que desarrollamos en nuestro propio laberinto. Mi intención en el texto era la posibilidad de empapar de una filosofía moral nuestra propia aventura en el laberinto de la vida.

Cuando hablas de "con-formar" el carácter, pienso que habría que hacer una distinción clara entre simple moral (hábito sin reflexión filosófica) y ética (una moral reflexionada filosóficamente).